lunes, 7 de marzo de 2016

Las mujeres en Grecia y Roma no solo hilaron lana: Safo, una gran poetisa


  Safo de Mitilene, también conocida como Safo de Lesbos "Σαπφώ",(620 a.C.-580 a. C.) fue una poetisa griega. Más tarde los comentaristas griegos la incluyeron en la lista de los «nueve poetas líricos».

   Ha sido probablemente la poetisa más traducida y más imitada de la antigüedad clásica.


  

 Su obra mereció el elogio unánime de la crítica de todas las épocas, su personalidad despertó encendidas discusiones, pues para la mayoría de los estudiosos su nombre llegó a ser sinónimo de relaciones equívocas y de pasiones insanas, en tanto que otros (los menos) defendieron su virtud. Técnicamente, desarrolló lo que se llama la “estrofa sáfica”, que era una modificación del verso eólico. Su obra estaba escrita en dialecto eólico y estilísticamente se caracterizaba por ser la primera vez que se hablaba en primera persona y trataban sentimientos personales ya que situaba el amor como su tema poético, se le cantaba a lo cotidiano, a la vida mezquina llena de contradicciones, pasiones y ternuras.

Safo se dedicaba a enseñar en una escuela a la chicas en edad para contraer matrimonio conocida como "Casa de las Musas" en en la isla de Lesbos, allí se las enseñaba a acicalarse, a tejer coronas para adornar el cuello y los bucles, pero por sobre todo a cantar y danzar. Sus cantos estaban dedicados a glorificar a Afrodita y todo lo que ella representaba: suavidad, paz, dulzura.


Poema de amor

Igual parece a los eternos dioses
Quien logra verse frente a ti sentado:
¡Feliz si goza tu palabra suave,
Suave tu risa!

A mí en el pecho el corazón se oprime
Sólo en mirarte: ni la voz acierta
De mi garganta a prorrumpir; y rota
Calla la lengua

Fuego sutil dentro mi cuerpo todo
Presto discurre: los inciertos ojos
Vagan sin rumbo, los oídos hacen
Ronco zumbido.

Cúbrome toda de sudor helado:
Pálida quedo cual marchita hierba
Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte
Parezco muerta



Su muerte, como toda su vida, también quedó envuelta en la leyenda puesto que todo lo que sabemos sobre Safo lo hemos deducido por sus poemas. Desdeñada (se dijo) por un joven llamado Phaon que se arrojó desde la roca Lédeade que, según la creencia de los amantes, traía el olvido y aliviaba el dolor. Hoy se sospecha que ese episodio, como muchos otros que se inventaron, es probablemente falso. La personalidad y la obra apasionada de Safo fueron un poderoso incentivo para la imaginación de la posteridad.

Laura Serrano.

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